Recientemente he viajado a República Checa (o Checoslovaquia) y Polonia. He encontrado gran variedad de cervezas por esos lares, todas ellas deliciosas. También he comprobado que la tradición cervecera en esos países es mucho mayor que en cualquier otra parte que haya estado.
La variedad y calidad de la cerveza Checa no tiene parangón en España. En cualquier supermercado puedes encontrar al menos 30 cervezas diferentes. Las espumosas Checas se caracterizan por ser de tipo Pilsner, al fin y al cabo esa cerveza proviene de Checoslovaquia, concretamente de la ciudad de Pilzen en Bohemia occidental. Un buen ejemplo de cerveza Checa que podemos encontrar en grandes superficies en nuestro país es la Pilsen Urquel. Allí la vendían hasta en el mcDonalds.
El precio de la cerveza era bastante económico, en el supermercado había cerveza desde 8 hasta 15 coronas, de las cuales habría que restar 3 si devolvías los cascos en un contenedor automático ya preparado. El cambio de coronas a euros cuando yo estuve allí era de 25cz=1€, 1cz=0.04€. A esto hay que decir que solo se vendían cervezas en formato 50cl.
La calidad de la cerveza era simplemente superior. Casi todas eran de tipo pils con baja graduación alcohólica, fáciles de beber. Un sabor agradable, muy etéreo. En todos los bares había grifos para tirar la cerveza, incluso en las discotecas. El tamaño mínimo de una cerveza era la pinta. Siempre en vasos de cristal grueso para que rompiera bien la espuma.
El nivel de inglés allí es como en España, inexistente. Las dos palabras que más vas a necesitar son: Pivo=Cerveza, Neperliva=Agua sin gas. Llévate bufanda y prepárate para los cambios salvajes de temperatura ya que las calefacciones suelen estar muy altas. En un autobús el conductor la tenía a 32 grados, aunque eso ocurrió en Polonia.
En
Praga, ciudad que tienes que visitar, me hospedé en el
Chili Hostel. No es que fuera una maravilla, sobretodo por unas ventanas que no cerraban bien (a -8ºC), pero era barato y estaba bien situado. La recepcionista hablaba español, creo que era colombiana.
En fín, un país interesante con una capital preciosa. Unos precios más bien económicos y una cerveza sin igual. Por ello la República Checa debería ser un destino predilecto para todo cervecero.